Los golpes en los testículos suceden con mayor frecuencia en niños y adolescentes; en los adultos también se pueden presentar durante la práctica de deporte, por accidentes de motocicleta (suele ser el más frecuente) o por un mal movimiento.

Por lo general estos golpes no resultan ser lesiones graves, sin embargo, pueden variar desde un edema (hinchazón), dolor local, laceraciones (raspaduras) superficiales, cambios en la coloración del escroto, hasta la ruptura del testículo y su posterior perdida.

– Un traumatismo leve suele tratarse con reposo, antiinflamatorios y hielo local.

– Un traumatismo severo necesitará exploración quirúrgica por el Urólogo que preferiblemente debe realizarse antes de las primeras 72 horas tras el traumatismo ya que tiempos superiores están asociados a un mayor riesgo de perder el testículo.

Entre las consecuencias a largo plazo de los traumatismos se encuentra la atrofia testicular que es la pérdida de función y disminución de tamaño del testículo afectado; si esto llegara a suceder el otro testículo cubre la función de producción de espermatozoides y de la hormona testosterona en el 100%.